sábado, 4 de abril de 2015

Estatua de Felipe III, cementerio de gorriones


Situada en el centro de la Plaza Mayor, la estatua ecuestre fue un regalo de Cosme de Médicis al rey.

Durante la II República tiene lugar esta historia sobre la estatua ecuestre:

Sin saberlo nadie, la estatua ha sido un cementerio de pajaros durante siglos. La apertura de la boca del caballo de Felipe III se estuvo tragando a las aves que se introducían sin poder volver a salir dada la estrechez de la salida y la largura del cuello.

En 1931, al proclamarse la II República, un militante de izquierdas atentó contra la figura ecuestre al introducir un artefacto explosivo por el interior de la boca del caballo. El resultado fue que el vientre del caballo explotó y para sorpresa de todos, empezaron a llover pequeños huesecillos de pájaro, por lo que empezó a conocerse como "Cementerio de Gorriones".

La estatua ecuestre que actualmente podemos ver en la Plaza Mayor tiene la boca cerrada, evitando así que pueda volver a convertirse en un "Cementerio de Gorriones".


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